Metodologías de gestión de proyectos
Las metodologías de gestión de proyectos son importantes debido a que proporcionan un marco de trabajo claro y estructurado que permite afrontar de manera óptima la planificación, ejecución y monitorización de la iniciativa. Además de asegurar un enfoque sistemático y controlado en todas las etapas del proyecto, reducen el riesgo, impulsando eficiencia y efectividad.
Este tipo de marcos de trabajo resultan muy útiles para establecer procesos claros para la gestión de proyectos, un aspecto que beneficia claramente a la comunicación con los grupos de interés.
La probabilidad de éxito aumenta cuando se recurre a estas metodologías y eso significa tener la posibilidad de elevar la satisfacción del cliente.
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Metodología agile proyectos
Una de las metodologías de gestión de proyectos más conocidas es la ágil. Se trata de un enfoque iterativo e incremental para la administración de la iniciativa, que se enfoca en la entrega continua de valor al cliente a través de la colaboración y la flexibilidad.
Para entender mejor sus implicaciones, se puede consultar el «Manifiesto Ágil», que compila sus principios.
Metodología PMI
PMI es el acrónimo de Project Management Institute. Esta organización se ocupa de la promoción y desarrollo de la gestión de proyectos desde diversos ángulos. Una de sus metodologías más conocidas está respaldada por una guía: el PMBOK (Project Management Body of Knowledge).
Metodología PMBOK
Esta metodología de gestión de proyectos describe cinco áreas de conocimiento clave: iniciación, planificación, ejecución, monitorización y control, y cierre.
La metodología PMBOK se basa en 42 procesos que son parte de las áreas de conocimiento que describe y que, a día de hoy, se considera un estándar en la industria.
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Metodologia PRINCE2
PRINCE2 es un acrónimo de PRojects IN Controlled Environments. Casi tan popular como PMBOK, se trata de una de las metodologías de gestión de proyectos más extendidas en cuanto a su uso.
Se enfoca en la estructura y control de proyectos y proporciona un marco de trabajo para la planificación, monitorización y control de cualquier tipo de iniciativa. Para lograr su objetivo, facilita la división de un proyecto en fases claramente definidas y establece responsabilidades y roles claros para la gestión; sin olvidarse de articular una serie de procesos que deben seguirse para garantizar un enfoque manejable de administración y evaluación.
No puede hablarse de que existan unas metodologías de gestión de proyectos que sean mejores que otras, ya que la elección dependerá de diversos factores, como el tamaño y la complejidad del proyecto, los requisitos y objetivos del proyecto, la cultura y los valores de la organización, y las preferencias y experiencias del equipo de gestión del proyecto.
En cualquier caso, lo que conviene tener claro es que, para elegir la metodología adecuada, es importante considerar factores como la cultura y valores de la organización, los requisitos y objetivos del proyecto, su complejidad o la experiencia y preferencias del equipo de gestión del proyecto.
Entender, por ejemplo, qué prioridades tiene la empresa, qué exigencias planta el cliente o qué metodologías ha utilizado el equipo anteriormente resulta determinante para poder escoger con acierto.
Créditos fotográficos: Zac Kendal
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