Qué es la logística de última milla

Dentro de la gestión de envíos la logística de última milla, es decir, de la parte final del reparto de paquetes, tiene una importancia crucial para las empresas. Sin embargo la última milla está sujeta a muchas variantes que no son nada fáciles de controlar, por lo que es crucial hacer lo posible por optimizar todos los factores que sí se controlan para evitar sobrecostes, retrasos en las entregas, malas experiencias de los clientes… Pero, ¿qué es exactamente la logística última milla y cómo se puede optimizar? En este post te explicamos todo lo que necesitas saber.

Última milla: qué es 

La última milla es una gestión de transporte que se centra en el último trayecto que se realiza antes de la entrega final de un paquete. Por lo tanto se refiere al trayecto que se realiza cuando ya se han agrupado todos los paquetes que se van a distribuir en una misma ciudad, dentro de la cual los repartos se realizan por zonas, de forma ramificada o capilar. 

CTA- TEXT - Factores a considerar

La última milla tiene una gran importancia dentro de la supply chain, sobre todo ahora que el eCommerce está en pleno auge, ya que debe ser lo más breve posible para optimizar los repartos y no producir un sobrecoste en cuanto a personal o gastos de transporte para el cliente. Sin embargo está muy condicionada por factores que las empresas no pueden controlar, como por ejemplo el tráfico, los temporales, el hecho de encontrar o no al cliente en casa… De ahí la dificultad para optimizarla y la necesidad de analizar la última milla constantemente. 

Cómo optimizar la última milla

A pesar de las dificultades para controlar todos los factores que afectan a la logística de última milla, lo cierto es que sí existen formas de optimizar esta última parte del proceso de entrega de un pedido. Son las siguientes: 

  • Sincronizar los elementos de la distribución ramificada, es decir, de todos los factores que influyen en el reparto dentro de las ciudades, para así optimizar las rutas y poder llevar los paquetes por aquellas más rápidas en función de variantes como el tráfico en tiempo real, las obras, las calles cortadas… 
  • Agrupar los envíos por tipos de paquete: en este sentido hay que tener en cuenta aspectos como el tamaño, la forma, la fragilidad, las condiciones de transporte (por ejemplo, si el paquete necesita refrigeración)… todo esto influirá en el tipo de vehículo que se utilice, ya que no es lo mismo realizar un reparto en moto que en camión. Cuanto más ligero sea el vehículo, más rápido se llevará a cabo la entrega.
  • Tener en cuenta las condiciones de entrega: es crucial que se respeten las condiciones de entrega que el cliente ha concertado con la empresa, es decir, los costes de envío, el tiempo de entrega y, si se diera el caso, el lugar. Si estas condiciones no se respetan podrían dispararse los costes de envío y la experiencia de compra del cliente podría terminar por ser negativa. 
  • Optar por el punto de recogida: cada vez son más empresas las que optan por ofrecer a sus clientes la recogida en tienda o en un lugar habilitado. Así se optimizan las rutas y se evita el retraso que supone no encontrar el cliente en casa. 
  • Optar por entregas pactadas: otra solución para evitar problemas si el cliente no está en casa es optar por las entregas pactadas, es decir, concertar un lugar y una hora con el comprador para llevar a cabo la entrega segura. 

Por otra parte, ya hay algunas empresas que están ensayando con el reparto con drones o robots para optimizar la última milla, lo cual nos da una idea de la importancia que tiene esta parte final de la logística de entrega de paquetes. 

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