Almacén y su gestión: equilibrio entre abastecimiento y distribución
La cadena logística de una empresa pasa por varias etapas, y es necesario que todas ellas estén bien engrasadas para conseguir un rendimiento óptimo. Existe un momento crítico en toda cadena logística que se encuentra entre la recepción de abastecimiento y la distribución de mercancías. Este punto, precisamente, es de lo que se encarga la gestión de almacén.
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Almacén: ¿Qué entendemos por gestión de almacén?
Son muchas las dudas y confusiones que suscita el término de gestión de almacén. Tal y como hemos comentado, la gestión de almacén es dicho eje de conexión entre el abastecimiento y la distribución; dicho de otra forma, es la etapa del proceso logístico que se encuentra entre la gestión de existencias y la gestión de pedidos y distribución. Casualmente, son muchas las personas que confunden la etapa previa, la gestión de existencias, con las tareas propias de la gestión de almacén.
Para tener bien claro qué hace y qué no hace la gestión de almacén, hay que saber que sus funciones responden a las preguntas dónde y cómo deben ser almacenados los productos; es decir, sus funciones únicamente se dan cuando el producto ya ha hecho su entrada en el almacén. Preguntas del tipo qué almacenar, cuánto almacenar y cuándo almacenarlo son jurisprudencia de la etapa previa, la gestión de existencias.
La gestión de un almacén es muy diferente de una empresa a otra, ya que depende de las características tanto del propio almacén como de la mercancía, pero ahondando más en sus funciones comunes, se pueden destacar las siguientes:
- Se encarga de la recepción de los materiales, con su correspondiente registro, tanto de entrada como de salida del almacén.
- Indica cómo se debe almacenar la mercancía para que ésta se encuentre en perfecto estado.
- El mantenimiento, tanto del almacén como de los materiales que hay en él, también forman parte de la gestión de almacenes.
- Realiza el control entre el departamento de inventarios y el de contabilidad.
¿Qué se puede conseguir con una correcta gestión de almacén?
Para que un gestión de almacén sea considerada efectiva tiene que cumplir una serie de objetivos que le ayudarán a llevar un control más exhaustivo. Algún ejemplo de objetivos que normalmente se aplican en esta etapa del proceso logístico son: controlar la rapidez de entregas, reducir los costes de almacenamiento o llevar al mínimo las operaciones de distribución y control de existencias.
Partiendo de estos objetivos, los responsables de la gestión de almacén deben diseñar un plan exhaustivo y seguir una estrategia que les permita llegar a cumplir los objetivos. Una correcta gestión, reportará una gran cantidad de beneficios a la empresa logística, entre los que se pueden destacar:
- Una reducción de las tareas administrativas, con el ahorro económico y de tiempo que ello supone.
- Se consigue también un ahorro económico en los costes a nivel general de la empresa logística.
- Conseguir más agilidad para el resto del proceso logístico, debido a una optimización de este proceso que se encuentra prácticamente en el centro de la cadena logística.
- Mejora de los tiempos de entrega y de abastecimiento.
Todo ello, a la larga, repercute en una mayor satisfacción del cliente hacia la empresa y en definitiva, en una mejor reputación empresarial, tanto a nivel interno como externo.
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